jueves, 8 de marzo de 2012

Adélaïde Labille-Guiard


Adélaïde Labille-Guiard (1749-1808)

Adélaïde Labille-Guiard es una artista francesa que frecuentemente se confunde con Elisabeth Vigée-Lebrun. Las dos son de la misma generación, las dos retratistas de éxito, las dos francesas, las dos trabajaron en la corte de Luis XVI, y las dos coincidieron en una etapa agitada como fue la de la Revolución Francesa.

Marie-Gabrielle Capet and Carreaux de Rosemond
Adélaïde Labille-Guiard, Autorretrato con dos alumnas, 1785, Metropolitan Museum, Nueva York







Además los estilos de ambas también se parecen y se influyeron mutuamente aunque sin duda el éxito que cosechara como retratista de las distintas cortes europeas Vigée-Lebrun no lo alcanzaría Labille-Guiard.

Hija de un mercero, tuvo como maestros a François-Elie Vincent y a su hijo François-André, y de su reconocimiento general da idea que llegaría a pertenecer a la Académie Royale, siendo admitida en tal institución precisamente el mismo día que también entrara en ella Vigée-Lebrun, con la que como vemos coincidió en numerosos aspectos, aunque ésta entró a los 28 años y Adélaïde cuando contaba 34.

Como hemos dicho, Adélaïde Labille-Guiard trabajó en la Corte de Luis XVI, gozando del mecenazgo de la tía del rey, María Adelaida, que le favoreció con una pensión de mil libras. Sus retratos cortesanos, aunque no serían muchos, sí la convirtieron en un personaje sospechoso durante los años del Terror de la Revolución Francesa, aunque ella se hallaba ideológicamente más próxima a los postulados republicanos que a los monárquicos. Y de hecho, llegó a retratar también a miembros de la Asamblea Nacional. Tal vez sea en este apartado en el que menos coincidió con Vigée-Lebrun, mucho más ligada a la familia real a través de María Antonieta, y mucho más alejada de los postulados revolucionarios.

Su estilo se parece mucho, como decimos, al de su alter ego, Vigée-Lebrun. Es así la suya una pincelada llena de luminosidad y de una gran riqueza cromática, de gran detallismo y de una profunda hondura en el tratamiento psicológico de sus retratados. Destaca especialmente su
Autorretrato con dos pupilas, hoy en el Metropolitan Museum de Nueva York,  y que expresa lo mejor de esta artista: su espontaneidad y frescura en el retrato, la nitidez de su imagen, el candor de la expresión, un rotundo realismo de gran expresividad y sobre todo un empleo magistral de la luz, que es la que llena el cuadro de una intensa fuerza y alegría.
Retrato de Roberpierre

Retrato de François André Vincent

Retrato de Charles-Amédée-Philippe van Loo

Marie-Gabrielle Capet and Carreaux de Rosemond

Trabajo realizado por: Carlos Martínez, Manuel Fernándo Sánchez, Daniel Espartero, Anibal Aranzana, 2º Bach. C

    


1 comentario:

  1. Adélaïde Labille-Guiard trabajó como retratista para la corte de Luis XVI durante la revolución francesa, sus retratos nos muestra porque era una de las mejores pintoras de su época.

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